"Somos lo que hacemos repetidamente
La excelencia entonces, no es un acto sino un habito"
Luego hubo tiempo para almuerzos de Damas Diplomáticas, cena en la embajada de Francia, cocktail en el Club Hebreo, reuniones de Caravana al principio, Cocktails por el día de Europa. Apenas en esos días tuve oportunidad de celebrar mi cumpleaños. Tiempo después el Presidente Martín Torrijos nos había invitado a una cena; y el sábado 27 de mayo, el embajador paraguayo y su esposa nos habían invitado a un almuerzo típico en su residencia.
Seguía nuestro trabajo de representar a El Salvador en Panamá, la Clase de Cocina en la embajada de Italia; Toma de Posesión de las Cámaras de Magistrados, celebración del cumpleaños de la Reina Isabel II en la embajada del Reino Unido. Salí a almorzar con Cecy, ella era una mujer que me encantaba, era educada, y teníamos bastante gustos iguales, salíamos a desayunar a Pancakes & Waffles, que a mí me fascinaba, las dos comíamos poco, y cuando me invitaban a presentaciones artísticas de los diferentes países, la invitaba para que me acompañara, desarrollando una gran amistad con ella; conocí a sus hermanas y hermanos, así como sobrinos y sobrina. Teníamos gustos y muchas cosas en común, tal vez porque ambas habíamos vivido en los Estados Unidos de Norteamérica, cuando éramos jóvenes, bellas y delgadas, y ya solamente eso, es una cultura muy diferente a la latina. Cecy fue una gran amiga en mi estadía en Panamá.
Fuimos invitados a la Catedral Metropolitana, por Su Excelencia Reverendísima Monseñor Diquattro, cuando Panamá fue electo miembro no permanente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, fue un evento grandioso y un poco tedioso por el inmenso calor, como vapor, que estaba haciendo y no había aire acondicionado. Pero estaba desde el Presidente de la República Martín Torrijos y su esposa, hasta el último Director, pasando por diputados, magistrados etc. y todo el Cuerpo Diplomático.
Por ese tiempo Monseñor Diquattro me pidió que les impartiera un seminario de etiqueta a toda su staff de la Nunciatura, lo cual hice. La Universidad Tecnológica de Panamá me invitó a impartir una conferencia sobre “Cómo hacer negocios en El Salvador”. Asistimos al Hotel Panamá al reporte de los Derechos Humanos en Panamá.
Uno de los primeros días del mes de mayo de 1975, retorné a El Salvador, era el Año Internacional de la Mujer, y había mucho por hacer… especialmente por la mujer salvadoreña… a quien miraba desde lejos, que necesitaba de una ayuda especial… Y yo estaba comprometiéndome a dejar ese legado a miles de mujeres salvadoreñas que han pasado por mi escuela.
En todo este tiempo —5 años— que había pasado viviendo en New Orleans había tenido, naturalmente, más contacto con El Salvador, y había estado acariciando la idea de poner un Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer Salvadoreña, desde que estaba en el consulado. Realmente la mujer salvadoreña me preocupaba mucho. Cuando conocí a Eva Cruz, del Centro de Información de la Presidencia, ella trabajó, luego, en una publicidad, y le pedí que hiciera un estudio de mercado, de una escuela para la superación integral de la mujer.
Al tiempo, ella me dio el diagnóstico, y es que no había una tan sola institución, como lo que quería desarrollar en El Salvador, y tenía muy buenas probabilidades de tener éxito, si abría las puertas de algo parecido.
Despues de mi huida a USA por lo terrible de la guerra, decido regresar un 14 de Diciembre de 1987, para Enero de 1988, alquilo una casa de esquina, tipo colonial español, en la Sexta-Décima de la Colonia Flor Blanca, a una cuadra del Estadio Flor Blanca. Comienzo nuevamente con PIGMALION a enseñar mis clases, y a seguir la vida. Al poco tiempo me di cuenta que tenía de vecinos a un señor italiano, Sergio Pocceschi y su esposa Celina. Llegaron a ser muy buenos y queridos amigos míos.
Aterricé, en un avión de TACA, un día de mayo del año 1975, ¡Año Internacional de la Mujer! Y el Año de la Mujer Salvadoreña; Por mi parte, ya había hecho todo para llegar a enseñar algo nuevo, algo necesario en nuestro país, que era desarrollar el auto estima en la mujer, la cual, como en todo país en vías de desarrollo, estaba muy baja y era una de las causas del subdesarrollo y la poca participación de la mujer en lo político, lo económico y lo social. Realmente por aquellos tiempos, todo su quehacer era en el ámbito privado.
La mujer salvadoreña necesitaba que una mujer exitosa, le dijera, ¡TÚ PUEDES! ¡Tú también lo puedes lograr! Pero lo que debes hacer es esto, esto y esto… ¡y verás los resultados rápido! y efectivamente así es la historia de Pigmalion, ¡llena de increíbles historias de mujeres a quienes les ha ayudado el curso tremendamente!
Yo estaba llena de muchas emociones, enojo, desengaño, incredulidad, frustración, me parecía tan injusto y se me salieron muchas lágrimas… los periodistas se acercaron, después, a mi curul y me dijeron… “¡algún día el pueblo va a saber lo que pasó aquí esta noche, diputada!” ¡Hasta ahora! La Corte Suprema de los USA “Solo una prensa libre y sin restricciones, puede denunciar, de manera eficaz los engaños del Gobierno”.
Nunca me había podido imaginar, que una ley que es consensada en la propia comisión, con los diputados de todas las fracciones, cuando llega al Pleno, no pasa, es enviada al archivo, ¿cómo es posible? Pues acá en la Asamblea Legislativa, todo, todo es posible, según lo poderoso que sea el Caballero Don Dinero.
Por eso dicen: “Se hace la Ley se hace la Trampa” En un salón están haciendo la ley, y al lado, están haciendo la trampa.
La Plenaria comenzó a las 5 de la tarde, pasadas. Fue una Plenaria larga… como a las 10 de la noche, vimos que todos los periodistas que habían llegado a cubrir la Sesión Plenaria habían apagado sus cámaras y se habían sentado en las butacas del público. Ya iba a comenzar el debate del cigarrillo, ¡y los de la Comisión no sabíamos qué era lo que nos tenían preparado!
El primero en pedir la palabra fue el Dr. Héctor Silva, diciendo cómo su papá se había muerto por fumar, ocasionándole una enfisema pulmonar; que su hijo también fumaba, que era importante que se aprobara una ley como esta porque era para el bien de la población, etc. El Dr. Zamora ya había descubierto el por qué los periodistas habían abandonado sus cámaras y pidió la palabra diciendo que la British Tobacco Co. había llegado a sobornar a los diputados para que votaran en contra de la ley; y que en el público se encontraban los personeros de la Compañía, Koki Zablah y otros, quienes habían dado órdenes a todos los medios de comunicación: televisoras, periódicos y radios, que si se ventilaba algo de lo que estaba pasando esa noche en la Asamblea, les iban a quitar toda la publicidad. Por lo tanto, esa noche hubo un debate como pocos, los diputados de la Convergencia algunos del PDC y yo, la única del PCN, dimos la batalla más feroz por el pueblo salvadoreño y la gente ni se pudo dar cuenta porque se apagó todo el sistema. Este debate duró como 3 horas… al final, mis compañeros, que querían la ley, se dieron cuenta que yo era la única de mi fracción que la apoyaba y, en el debate al final, pedí la palabra y le rogué al Presidente de la Asamblea, que era Roberto Angulo, que permitiera a todos los diputados votar por su conciencia en este dictamen, porque si todos los diputados hubiesen sido libres de votar como ellos quisiesen, se hubiese pasado esta ley; pero se negó (él obedecía también a otros intereses) perdimos por 4 votos… los 4 votos de los diputados de ARENA que estaban en la comisión y el pueblo salvadoreño perdió más, ¡su salud!
Acabábamos de entrar a la Asamblea Legislativa e iba a tener mi primer desengaño: entró una pieza de correspondencia del Dr. Gamero de ARENA, sobre nombrar el día 27 de Octubre día del “No fumador”; la pieza fue acogida tremendamente por casi todo el Pleno; casi todos, a pesar de que fumaban, hablaron y hablaron… luego pasó a la comisión de Bienestar Público, así es como el presidente era el Dr. Héctor Silva, yo era la secretaria, estábamos todos con ilusión y queríamos hacer las cosas como Dios manda; por lo que comenzamos con llamar a la Comisión, para que nos ilustraran, a todos los gremios que tenían que ver con el cigarrillo, desde los que siembran la hoja de tabaco, hasta los médicos para ver qué enfermedades podía ocasionar, etc. Al final de algunas semanas obtuvimos un dictamen favorable: no solo declarando el 27 de Octubre día de no fumar, sino que también prohibiendo fumar en las escuelas, hospitales y oficinas públicas, por obvias razones, como se hace en los países desarrollados. Todos los diputados de las diferentes fracciones que conformábamos la comisión estábamos felices porque habíamos hecho algo único, por el bien de los fumadores, de los no fumadores y para ahorrarle dinero al Estado, porque en el futuro no iba a ver tanta gente que tratar, ¡por enfermedades relacionadas al cigarrillo!
¡Ni se imaginan qué pasó!... durante la mañana, cuando nos reunimos en la comisión, llegó el Técnico Lic. Alejandro Solano, me llamó a su oficina y me preguntó si iba a votar por la ley del cigarrillo, yo le dije que sí, que estábamos muy contentos, ¡por haber sacado una ley tan buena para el pueblo! Creo que no tuvo valor de decirme más. Después de esta pequeña conversación. De parte de la cúpula del PCN, me sustituyeron por Julio Moreno Niños en esa Comisión, pero solamente para este dictamen.
Con anterioridad, el 14 de enero, ya había confirmado, a la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa, mi deseo de ir a México a la firma de los Acuerdos de Paz, en el Castillo de Chapultepec, después de recibir la invitación que me llegase unos días antes.
El momento de la firma llegó, millones de salvadoreños en todas partes del mundo, pendientes de lo que en Chapultepec estaba sucediendo. Por fin el documento de paz, que incluía acuerdos sobre derechos humanos, sistema judicial, Fuerza Armada, problema económico-social, Policía Nacional Civil, cese del enfrentamiento armado, fue firmado por los miembros de la CODIAL, del FMLN, y los otros comandantes que participaron en el proceso de negociación bajo la mediación de las UN, se terminó este acto solemne… ¡solemne de verdad! mientras tanto yo secándome las lágrimas…